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La adoración hipócrita

24 de diciembre de 2024 por
La adoración hipócrita
Sara Gabarre

En este artículo quisiera compartir con todos los lectores este tema tan imprescindible en nuestra vida como cristianos, la adoración hipócrita. Es un tema que yo no escuche nunca hasta que en mi primer año de Teología me dieron una asignatura sobre este tema y Dios me habló tanto que lo preparé como mensaje y lo compartí con mi equipo de adoración de la iglesia.

«Adoración» para mi es una palabra que parece tan sencilla y a la vez envuelve tanto dentro ella, que me cuesta a veces saber por donde empezar. Pero solo daré una breve definición para ir directos al tema que queremos llegar.

Jua 4:23  Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.

La palabra adoración significa en griego proskuneo: hacer reverencia, dar obediencia a, significa besar, como el perro lame la mano del amo. Caer de rodillas en el suelo ante el Rey.

Según esto, vemos como la adoración es una sumisión ante el Rey, es un deseo en el que adora de agradar a Dios. Es intimar con el Padre, con su presencia, es hacerte uno con Él. Cuando la adoración es verdadera hay un corazón trasparente y sincero delante de Dios que busca agradarlo en todo. Sin embargo, vamos a ver cómo se puede tener hipocresía dentro de este acto tan reverente.

«No es un sentimiento, sino una actitud expresada por uno que sabe que sin Dios nada es.»

Ahora veamos que es la hipocresía. Viene del griego «upokrites» : un actor en escena. Era costumbre entre los actores griegos y romanos hablar en grandes máscaras con dispositivos mecánicos para aumentar la potencia de la voz; de ahí este término vino a usarse para denotar a un engañador, un hipócrita. La hipocresía habla de tener doble cara, de aparentar una cosa pero en la realidad ser otra, habla de falta de integridad y de una gran religiosidad. Por eso Jesús acusa a los fariseos de hipócritas llamandoles «sepulcros blanqueados que por dentro estaban llenos de huesos de muertos», hablando de esa apariencia de espiritualidad que en lo más profundo era pecado, era muerte.

Mateo_23:14 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.

Ahora vallamos al grano¡¡ Culto y adoración son términos sinónimos. Hay un culto que agrada a Dios basado en la fe, amor, justicia y temor de Dios. Pero hay otro que el aborrece: el culto hipócrita y formalista en el que está ausente el amor y la justicia.

Este tipo de culto fue denunciado por los profetas del AT ya que se había convertido en un simple tranquilizante para las conciencias de los israelitas. Las mismas personas que cometían injusticias y oprimían a los débiles eran los primeros en acudir a los templos y santuarios pensando que el Señor se complace más en los actos de culto que en la práctica de la justicia y de la misericordia.

La fidelidad a la práctica religiosa se puede convertir, y de hecho se convierte con demasiada frecuencia, en una impresionante forma de ceguera y en un falso tranquilizante. Los profetas no se cansaron de decir que donde no hay justicia, no hay verdadero culto a Dios. Donde no se busca sinceramente la justicia y el amor, no vale el intento de buscar a Dios mediante el culto y las ceremonias religiosas.

En los tiempos del profeta Amós, la situación del culto era muy buena. El pueblo hacia peregrinaciones a los grandes santuarios, no se escatimaban los diezmos, los sacrificios de animales, las ofrendas voluntarias, etc. Pero a pesar de todo, el culto iba acompañado de tremendas injusticias, fraudes en el comercio, compraventa de esclavos y de opresión a los débiles e indefensos. En definitiva robaban a los pobres y luego ofrendaban a Dios de lo robado con el fin de tranquilizar la conciencia. Al mismo tiempo se promocionaba la idea de ser el pueblo elegido por Dios que gozaba de la protección y bendición divinas. El profeta denuncia con irónicas palabras que el culto de Israel solo responde a un deseo humano, pero no a un intento serio de cumplir la voluntad de Dios.

Una de las palabras que significan adoración encontramos la palabra EULABEIA: DISPOSICIÓN INTERIOR QUE AGRADA A DIOS EN EL CULTO Y LA ADORACIÓN. Es el temor de Dios.

Hebreos 5:7 Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.

Esta virtud debería de ser característica de los cristianos. El temor de Dios es la actitud propia y correcta del hombre hacia Dios. Sin temor de Dios no hay adoración agradable delante de Dios.

El temor de Dios Implica reverencia. Dar a Dios el lugar prioritario, una entrega total, sumisión, y es la actitud que guía a uno a no desobedecer u ofender a Dios. La actividad de culto así no sirve de nada, solo crea una imagen falsa de la divinidad y aleja al pueblo del Dios verdadero.

Con Oseas más tarde, ocurre lo mismo. El pueblo quiere expiar el pecado pero rechaza la lealtad y el conocimiento de la voluntad de Dios. El profeta Miqueas coincide en lo mismo y habla al pueblo que lo necesario es que se entreguen a sí mismos a Dios, no los sacrificios.

10 Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios?No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas.Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo;aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.

¡¡ Qué fuertes palabras para el pueblo y qué profunda la llamada de atención paras sus hijos hoy en día nos dan estas líneas ¡¡ ¿Cómo aplicamos esto a nuestras vidas hoy en día?

Muy sencillo, cuando vengamos a adorar a Dios no debemos ser perfectos, pero sí ser justos y dignos, sobretodo la gente encargada en las iglesias de llevar la alabanza y adoración o los salmistas que ministran a tanta gente con sus adoraciones.

Reflexionemos en nuestro estilo de vida y no seamos hipócritas que alaban a Dios pero nunca hablan de salvación al perdido, que cantan pero nunca dan un buen consejo a alguien y siempre están criticando, que dicen ¡Amén¡ y ¡Aleluya¡ pero jamás dan una ayuda al pobre o se preocupan por la viuda, que van con sus mejores atuendos pero jamas ayudan al necesitado, que saben todas las canciones y adoraciones de la iglesia pero que no saben tener dominio propio cuando nadie los ve, y así miles de situaciones que debemos sopesar en nuestra vida. Buscar tener un corazón íntegro que ame a dios que lo busque en lo secreto, que no guarde rencores, que esté lleno del temor de Dios para así presentarse en el altar a dar su mejor adoración al Rey.

Recuerde:

La adoración es amor expresado. Es un estilo de vida que busca la exaltación de Dios por quien él es.

Adoremos a Dios con nuestro estilo de vida, no solo de boca, sino con una vida ejemplar que testifique que tenemos un Dios bueno, grande y que esta vivo.

La adoración hipócrita
Sara Gabarre 24 de diciembre de 2024
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